Te has enamorado de la imitación, y de nuevo te atrajo por segunda vez hoy en el día, sólo para darte cuenta de lo mismo; no te gusta, ya que estás roto y tu cara a cambiado.
Vas por el camino viejo, pero no puedes permitirte repetir de nuevo el sonido de su voz, es la perforación de tu paciencia; que se filtra a través de los corredores de la medianoche.
Y no hay nada... y en las esquinas no hay escape alguno.
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