sábado, 16 de octubre de 2010

Ecos

Extraños paseando en la calle.
Por accidente dos miradas separadas se encuentran, y yo soy tú y a quién veo es a mí.
Y te tomo de la mano, y te conduzco a través del terreno.
Ayúdame a entender lo mejor que pueda.
Y nadie nos llama para seguir adelante, y nada nos hace cerrar los ojos.
Nadie habla y nadie intenta, nadie vuela alrededor del sol...
A pesar de todo, todos los días apareces ante mis despiertos ojos,
invitando e incitándome a ascender.
Y a través de la ventana en la pared, vienen corriendo en alas de luz solar, un millón de brillantes embajadores de la mañana.
Y nadie me canta canciones de cuna, y nada me hace cerrar los ojos...
Así, lanzo la ventana lejos y te llamo a través del cielo...

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