No corras más que ya no hay donde huir, de esa piel no te escapas.
Y hasta la muerte se ríe de tantos milagros;
Y hasta que algún sabor agrio te obligue a pensar:
¿Por qué será? ¿Por qué me tocó a mi?
¿Será seguir o debo desistir?
... Ante la oscura y siniestra posibilidad de no llegar a donde debo ir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario